La solución al problema de la aplicación del proceso de capacitación en las organizaciones mexicanas consiste en desarrollar un proceso basado en sus características reales. Es decir, habrá que partir de lo que ellas son; de su realidad en un momento determinado. Es un hecho que hoy los interesados en la capacitación tenemos el gran reto de generar metodologías enteramente efectivas. La tarea no es nada sencilla y la verdad es que, al respecto, poco se ha hecho (Flores R., 1997).
La capacitación es un proceso dirigido esencialmente a mejorar la calidad de los recursos humanos en las organizaciones, por lo que debe valerse y echar mano de todos aquellos elementos y recursos que sean necesarios para incrementar conocimientos, desarrollar habilidades y modificar actitudes.
La nueva cultura laboral busca impulsar la capacitación de trabajadores y empresarios, de manera continua.
La capacitación contribuye a mejorar el nivel de vida de los individuos, al mismo tiempo que permite elevar el nivel de calidad de una organización, provocando de este modo beneficios para ambos.
La capacitación posee la cualidad de modificar positivamente las actitudes de los individuos, permitiendo que las organizaciones puedan así insertarse exitosamente en el marco de la globalización en marcha.
La capacitación no sólo incrementa conocimientos, desarrolla habilidades y es capaz de modificar actitudes, sino que permite también que los individuos se integren y comprometan en mayor grado con la organización y sus fines.
El trabajador mexicano posee valores, creencias, ideas y costumbres muy particulares, las cuales son producto de una cultura histórica exclusiva de México.
El proceso actual de capacitación aplicado en las organizaciones mexicanas no se adapta plenamente a éstas, debido a que fue desarrollado para una realidad distinta a la del México contemporáneo.
La mayoría de las organizaciones en México acusan graves problemas en cuanto a su estructura administrativa, lo cual impide el adecuado desarrollo de los diversos procesos que le competen, encontrándose entre éstos el proceso administrativo de la capacitación.
Asimismo, estas organizaciones muestran graves problemas en lo que atañe a la resistencia al cambio por parte de sus recursos humanos, así como por la falta de sensibilidad ante los retos que impone la globalización, siendo la capacitación una poderosa herramienta para vencer estas resistencias al cambio y para sensibilizar al personal, en cuanto a la realidad total que deben enfrentar las empresas.
La implantación y el éxito de todo sistema de calidad comienza siempre por la sensibilización de los individuos hacia la calidad, siendo la capacitación la única herramienta que permite dicha sensibilización. Actualmente, la mayoría de las empresas en México se encuentran en proceso de implantación de sistemas de calidad.
Por lo anteriormente expuesto, se ve la imperiosa necesidad de proponer un proceso de capacitación que tenga como base la realidad que viven actualmente las organizaciones en México.
Dentro de la estructura del proceso de capacitación, deberán contemplarse los elementos básicos necesarios para que las organizaciones los apliquen de manera objetiva y práctica, sin perder de vista la atención y solución a problemas reales (Ramírez U., 1996).
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